lunes, 6 de mayo de 2013

Personal Factory

Nubes de algodón, paredes de cristal, donde el cielo es color miel y solo se ven cigüeñas al pasar. Te encontré y el cielo se hizo añil entre aromas y sabor de ese tal vapor que rompe en el mar. Traspasé el portal y el mundo de algodón se hizo cristal. La sangre corre por la piel, el miedo a no volver y la intriga del saber, al poder ver la flor en aquel cristal. Sentí el calor como fuego en mi interior, que me quema y me calma. Así el poema fue armado para expresar el calor de la flor y el odio al envidiar el perfume de tu amor que sobresale a los demás. Acaricié tu cuerpo y deseé tenerte entre mis brazos. Me dijiste no poder, que el tiempo es algodón y el amor solo queda atrás. Dejaste caer una lágrima sobre el pétalo haciendo despertar al guardián de aquel lugar. Me eché a correr prometiendo volver porque sin vos, mi amor, no sé respirar. Una fabrica perdida en algún lugar donde el viento choca contra el mar. El poema ya fue armado.

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